El día de ayer se celebro el primer concierto de Metallica en México en 10 años. Concierto histórico por muchas razones, entre ellas el largo periodo que tardaron para volver a tocar en México, así como por haber agotado casi 180 000 boletos en tiempo récord.
Metallica, por mas que muchos lo añoren, ya no es aquel grupo garagero de trash metal. De eso hace ya más de 20 años y ahora las cosas son distintas: sus integrantes son ya bastante adultos, su público es otro y Cliff Burton esta muerto. Tampoco son ya la banda aquella gigantesca que despertaba una furia colectiva provocadora de revueltas masivas que terminaban en arrestos y lesionados.
Hoy día Metallica es ya simplemente una de las bandas de rock más importantes de los últimos años. Algo así como U2, pero dignos de respeto y admiración. Obviamente mil veces mejor.
El caso es que ayer fui al tan esperado primer concierto de este, el “Death Magnetic World Tour”. Y que concierto tan bueno! El público, como siempre, entregado y coreando cada rola. Abrieron con “That was just your life”, que también abre su último disco, y a leguas se nota que las rolas fueron compuestas para tocarse en vivo, pues sonó como nunca.
Luego se encendieron las pantallas gigantes y el efectivo espectáculo de luces rifó. Tocaron “The end of the line” y también sonó como nunca, mucho mejor que en el disco. Para la quinta rola sorprendieron a todos con un apantallante espectáculo de fuegos artificiales… y la rola era nada menos que “One” todos los presentes enloquecieron. Siguieron con “Beaten, Broken and Scarred” y con la extraordinaria “Cyiadine” que si de por si suena increíble en el disco, en vivo no se midió.
Las dos siguientes rolas despertaron la euforia colectiva, y no era para menos, pues se trataba de “Sad but true” y de “The unforgiven”, las dos acompañadas por un excelente espectáculo de luces. Continuó el recital con su mas reciente sencillo, la estupenda “All nightmare long” y con “The day that never comes” que aunque a mi no me late, en vivo suena buenísima.
Luego se encendieron las pantallas gigantes y el efectivo espectáculo de luces rifó. Tocaron “The end of the line” y también sonó como nunca, mucho mejor que en el disco. Para la quinta rola sorprendieron a todos con un apantallante espectáculo de fuegos artificiales… y la rola era nada menos que “One” todos los presentes enloquecieron. Siguieron con “Beaten, Broken and Scarred” y con la extraordinaria “Cyiadine” que si de por si suena increíble en el disco, en vivo no se midió.
Las dos siguientes rolas despertaron la euforia colectiva, y no era para menos, pues se trataba de “Sad but true” y de “The unforgiven”, las dos acompañadas por un excelente espectáculo de luces. Continuó el recital con su mas reciente sencillo, la estupenda “All nightmare long” y con “The day that never comes” que aunque a mi no me late, en vivo suena buenísima.
A estas le siguió la rola mas pedida de la noche: “Master of puppets” que todo el mundo coreó como si le fuera la vida en ello. Luego vino “Nothing else matters” que aunque a mi no me guste, seguro a mas de uno le saco lágrimas y le estremeció la sentida interpretación de la banda (incluso James termino tocándola de rodillas). La euforia de los asistentes no decaía, pues siguió “Enter sandman”. Vino el encore. Con Ride the lightning” y “Seek and destroy” Metallica se despedía de este, su publico que no es “tarjetabiente”.
Lo único que les reprocho es olvidarse del “St. Anger”, su anterior estupendo disco, ¿Como fue que nos dejaron sin “Frantic” y “Some kind of monster?
James, Lars, Kirk y Robert se portaron en todo momento sumamente humildes, humanos, tan cercanos como en aquel estupendo documental que protagonizaron, hablando todo el tiempo con el público, sonriendo, disfrutando y divirtiéndose con el concierto quizá hasta mas que los fanáticos. Por más increíble que suene, fue un concierto estupendo e íntimo… con casi 60 mil asistentes.
