Jimi Hendrix, cuento de José Agustín

Con gran pavor me entero de que hay muchos cuentos de José Agustín que NO están disponibles en la red (mejor hay mierdas de crepusculo y eso). Yo mismo me encargaré de hacerle justicia al maese, transcribiendo y subiendo estas autenticas joyas, empiezo con este sobre Jimi Hendrix, ahi se los dejo. estan increíbles.


"México, DF, octubre de 2000. Exclusivo para La Mosca Emplumada. La ciudad más grande del mundo se asombró cuando en el interior de la estación Balderas del metro, la imagen de Jimi Hendrix se formó inexplicablemente en un muro. Con perfecta nitidez cualquiera podía ver la figura de Hendrix con paliacate en la frente, la Fender Stratocaster (de cabeza, para tocarla zurda) y pantalones de campana.

En un principio unos cuantos se juntaron para ver la efigie en el muro deslavado, pero después se corrió la noticia del prodigio y se formaron tumultos en el andén de la dirección universidad. Varios hombres panzones, cincuentones, de pantalón de mezclilla, arete en la oreja y de pelo canoso hasta los hombros, se auto-denominaron Los Custodios del Gran Yimi; le llevaban flores, le encendian inciensos, recitaban mantras, poemas y pachecadas, ademas de que ponían "Neblina morada" en potentes tocadiscos portátiles.

"¡Bendito sea san Yimi!", añadieron al instalar sus puestos de casets, cds y videos piratas, camisetas y colgandijos y "sábanas para forjar el placer". Las autoridades se disponían a luxar vigorosamente a la turba cuando, justo al tercer dia de la milagrosa aparición, en la pared la figura había desaparecido y sólo había un hueco.

Los veladores de la estación Balderas cuentan que en la madrugada se les pararon los pelos de punta cuando Jimi Hendrix cobró vida:

Con un ruido estrepitoso se desprendió de la pared y procedió a tejer un solo de guitarra áspero, tremendamente distorcionado, lleno de pasajes de ritmo hipnotizante y de inconcebibles retorcimientos que quitaban el aliento y convocaban un desvarío cercano al orgasmo, a la locura o a la muerte. Eran frases finas, sensibles y delicadas como cristal exquisitamente cortado, pero a la vez distorsionadas, reverberadas, alimentadas de feedbacks y de otros ruidos.

Inesperadamente llegó un vagón, casi fantasma porque iba vacío; Jimmi subió en él, siguió tocando y se perdió en el fondo del tunel"
1 Response
  1. Unknown Says:

    Muchisimas Gracias!!! Agradeceria más!!!